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Carrito

Seguramente muchas veces has experimentado esa sensación de estar “sobreviviendo” cada día. Es decir, te levantas porque tienes obligaciones que cumplir, trabajo que hacer, dinero que producir, pero no porque ese día sea un peldaño que te acerque un poco más a tu sueño, o a un gran objetivo, o la materialización de algo grande. Y aquí seguramente puedes estar pensando “pero ¿algo grande?; ¿qué grande puedo hacer yo si soy alguien tan normal?”. Y es que cuando me refiero a “grande” no necesariamente me refiero a algo “extraordinario”, o “nunca visto”, me refiero a algo que impacte la vida de otros y que traiga a tu vida satisfacción y sentido a cada día de tu vida. Estamos hablando de vivir “una vida con propósito”.

Vivir una vida con propósito será lo único que pueda traer plenitud y realización a tu vida. Venimos a este mundo con un encargo, una tarea que solo cada una de nosotras puede cumplir porque fuimos diseñadas especiales, únicas y diferentes justamente para cumplir con ese fin. Tu combinación de talentos, capacidades, gustos, motivaciones, experiencias, son únicos porque solo en esa combinación perfecta es posible cumplir TU propósito. Es por eso por lo que la comparación no tiene ningún sentido. Comparar lo que te fue dado, con lo que le fue dado a tu hermana, tu vecina, tu amiga, tu jefe, no tiene sentido, porque con lo que le fue dado a ellas, se cumplirá el propósito de ELLAS, y solo con lo que te fue dado a ti, se podrá cumplir TU encargo.  

Esto debería ser una razón para que ahora mismo te sientas feliz, importante y especial. Porque en verdad lo eres.

Ahora, viene un asunto esencial que ya debes estar pensando: ¿Y cómo sé para que fui diseñada? ¿Cuál es mi encargo?

Bueno, pues es algo que puede tomarte algo de tiempo discernir, por eso entre más pronto empieces a trabajar en ellos, más pronto podrás estar caminando ese camino tan satisfactorio.

Creo que Dios nos da pistas a lo largo de nuestra vida: las mismas experiencias de vida que has tenido, tus aprendizajes, lo que has estudiado, tus cualidades, tus gustos, tus motivaciones, eso que arde (o ardió) en tu corazón, eso que harías aún sin que te pagaran, tus sueños, las situaciones que has logrado superar. Piensa en esto y piensa… ¿a quién o cómo con todo esto podría ayudar a alguien? Allí podrás empezar a dar los primeros pasos.

Pero hay otro paso que debes dar y es RECONOCERTE. Creo que convivimos tanto con nosotras mismas, que nos volvemos paisajes de nosotras mismas y nos “desdibujamos” un poco. Nos perdemos en medio de tantas personas con las que hablamos y convivimos, con los estándares que nos venden en los medios de comunicación, con las expectativas que otros tienen de nosotras, y se nos olvida quiénes y cómo somos realmente. Y parte de reconocerte es identificar esas capacidades, talentos o cualidades que tienes. Tal vez para ti son normales porque siempre han estado ahí, pero si pudieras vivir por un momento la vida de otra persona, te darías cuenta de que no es tan normal, que no a todos les fluye como a ti. Piensa en esto, y allí podrás encontrar una pista más acerca de tu propósito.

Algo que también puede ayudarte en este camino es la inspiración proveniente de películas o libros biográficos de personas que lograron sus sueños, que vivieron una vida con un propósito, que crearon, que dejaron un legado, que tuvieron la valentía de salirse del molde y no “sobrevivir”. Rodéate de personas soñadoras, de personas que creen en una vida diferente y se muy selectiva a la hora de hablar de los sueños y los anhelos de tu corazón. Un sueño compartido a la persona equivocada puede morir allí mismo.

Ahora, puedes estar pensando, “ya es muy tarde”, “yo ya tengo una vida construida y no puedo salirme de ella”. Y no se trata de dejar todo botado y empezar de cero, se trata de empezar en el punto en el que hoy estás. 

Nunca es tarde para alcanzar aquello para lo cual fuimos creadas. El creador de la franquicia KFC emprendió esta aventura a sus 65 años, a los 41 años el creador de Intel fundó esta corporación. Arianna Huffington es una de las mujeres más influyentes en los medios estadounidenses según la Revista Forbes y es una de las emprendedoras más exitosas en el ámbito del periodismo y la comunicación. A la edad de 54 años Arianna fundó The Huffington Post, un periódico online y blog que se convirtió rápidamente en uno de los medios más influyentes del mundo. Con 52 años, Ray Kroc empezaría a convertir un pequeño negocio de hamburguesas en la multinacional de comida rápida más grande del mundo. John Pemberton tenía 55 años cuando fundó The Coca-Cola Company, una legendaria empresa que a la fecha lleva 130 años en el mercado. Cuando tienes 52, estás recién divorciada, en quiebra y desesperada, posiblemente lo último que hagas sea pensar en iniciar una empresa. Pero después de que compró un perro, como recomendación de su terapeuta, Carol Gardner ganó un concurso local de tarjetas de Navidad poniendo una foto de su perro con detalles graciosos. Esta victoria la inspiró a iniciar una empresa de tarjetas de felicitación, a la cual le puso el mismo nombre que su perra, Zelda. En 2010, Zelda Wisdom estaba valorada en 50 millones de dólares.

Esto solo por darte algunos ejemplos, porque la lista podría extenderse aún más. No dejes de insistir, no dejes de buscar, no dejes de pedir, no dejes de tocar a la puerta, porque en su perfecto momento encontrarás la respuesta que has estado buscando.

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