Un hábito es un comportamiento que tendemos a repetir consciente o inconscientemente, que hace parte de la construcción de nuestras rutinas y de nuestra zona cómoda.
Y así como hay hábitos saludables, aquellos que generan cosas positivas en nuestra vida, también hay hábitos que no nos ayudan en la construcción de una vida en plenitud.
Usualmente cuando hablamos de hábitos, pensamos en hábitos alimenticios o de rutinas de vida.
Pero hoy quiero hablarte de otros hábitos. De los hábitos que se relacionan profundamente con nuestras actitudes frente a la vida.
Muchos de ellos pueden parecer incluso normales porque “todos lo hacen”, pero eso no quiere decir que sean benéficos para tu vida:
El orgullo
Es lo contrario a la humildad. Es una estimación excesiva de nuestro valor.
El orgullo nos grita: “yo puedo sola”, “no necesito de la ayuda de nadie”, “no les voy a dar el gusto”.
De la misma manera, el orgullo siempre se enfoca en la falla; ve «la paja en el ojo ajeno», pero no reconoce la viga en el suyo.
El orgullo no te permite aprender de otros ni reconocer tus errores, no te permite reconocer cuando el otro tiene razón.
La crítica y el juicio
Nos creemos con la verdad y la autoridad sobre todo. Nos creemos con el derecho a decidir que está bien y que no.
Emitimos juicios de valor sobre otros con tanta liviandad sin ser conscientes de la responsabilidad que hay al abrir nuestra boca.
Pero es necesario recordar que no somos jueces de nadie. Y que si no queremos ser juzgadas, lo mejor es no levantar juicios contra nadie.
La queja
Si tuviera que recomendarte una sola cosa en la cual enfocarte para cambiar, te diría que esta.
La queja es tal vez el hábito más dañino y perjudicial para nuestra vida, pero es también de los más usuales.
Nos quejamos por todo: por el tráfico, por los compañeros, por el jefe, por el clima, por el servicio en un restaurante, porque tenemos, porque no tenemos, por lo que nos sucede, por lo que no nos sucede…
Y lo que no alcanzamos a ver es que al quejarnos entramos en una mentalidad de ingratitud, de fijar nuestra mente en lo negativo, entramos en una mala actitud y nos cerramos a percibir lo positivo que siempre hay en cualquier situación.
La queja consume tu fe, tu esperanza, tu motivación, tu positivismo, tu energía física, mental y emocional.
Es realmente un terrible hábito que tienes que desterrar ahora mismo de tu vida.
Maldecir
Seguramente cuando lees la palabra “maldición” te estás imaginando algún tipo de rito, de hechizo, conjuro o algo así.
Pero maldecir es justo eso: decir mal, hablar mal, destruir por medio de nuestra palabra.
Debes saber que tu boca es fuente de creación (de bien o de mal) y lo que sale de ella tiene gran poder sobre nuestra vida y la vida de otros.
Ten mucho cuidado de lo que dices (así sea en broma) sobre ti misma y sobre otros porque eso termina convirtiéndose en una realidad.
Usa tu boca para hablar vida, para bendecir, para inspirar, para animar, para construir y no para destruir.
«Puedo predecir el resultado a largo plazo de su éxito si me muestra sus hábitos diarios»
John Maxwell
Cuéntanos ¿Cuál de estos hábitos consideras prioritario de cambiar en tu vida?