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Carrito

Tal vez hasta el momento hayas visto la búsqueda laboral como algo “mecánico”, una serie de tareas que repites una y otra vez hasta que el resultado se dé. Puede que en algún momento te haya funcionado así, sin embargo, quiero agregarte un elemento que va a llevar tu participación en el próximo proceso de selección a otro nivel. 

¿Tú quieres ser la candidata seleccionada a ese cargo tan anhelado? ¿Quieres nuevos retos, volver a sentirte estimulada intelectualmente? Pues bien, para lograrlo debes hacer algo más que buscar ofertas, mandar hojas de vida y llegar en modo automático a las entrevistas.

El asunto de este email habla de una “mentalidad adecuada”, pero ¿qué es eso?

La mentalidad es el conjunto de creencias, pensamientos y actitudes con las cuales asumes determinada situación. Existen mentalidades de éxito y de fracaso, de abundancia y de escases, de servicio y egoístas, de logro y de derrota. Y aunque no seas consciente de la mentalidad con la cual estás operando, igual está operando y los resultados que va a atraer a tu vida van a estar en sintonía con ella.  

Identificar la mentalidad con la cual estás abordando tus procesos de búsqueda laboral te va a ayudar a modificar lo que sea necesario y a proyectar en tus entrevistas y en cada contacto que tengas con la empresa, a la persona ganadora a la que ellos están buscando.

Piensa en esto: si tu fueras dueña de una empresa sólida, exitosa, en crecimiento y con proyección a largo plazo (que seguramente es, a grades rasgos, el tipo de empresa a la que le estás apuntando), ¿Qué tipo de líderes querrías contratar? ¿Qué características buscarías en ellos? ¿Tú quieres contratar ganadores o perdedores? ¿A los que aportan o a los que restan?

Entonces, más allá de la experiencia y los conocimientos, ¿Qué tipo de líder debe estar buscando esa(s) empresa(s) con la que quisieras vincularte?

Tú tienes que ser en tu interior (pensamientos, actitudes, sentimientos) esa persona.

Y para lograrlo, el primer paso es revisar y reconocer en donde estás en este momento.

Hazte estas preguntas:

¿Qué tipo de pensamientos gobiernan tu mente? (De seguridad o de inseguridad, de éxito o de fracaso, de poder o de fracaso, de “yo puedo” o de “es muy difícil”, etc.)

Aliméntate de los éxitos del pasado, de los logros, vuelve a repasar tu historia laboral y date cuenta de todo lo que has podido hacer y alcanzar. No subvalores el punto hasta el que has llegado (muchas quisieran poder estar allí).

Ve confiada a cada entrevista que te programen. Piensa que si te han llamado y preseleccionado es porque han visto algo valioso en ti, así que no te encargues tu misma de quitarte ese valor. También piensa que no te estás presentando a un cargo sobre el cual no tengas algo de conocimiento y experiencia, así que no te van a preguntar absolutamente nada de lo que no puedas hablar o aportar.

Y la mentalidad aplica, no solo al momento de la entrevista o las pruebas psicotécnicas, aplica desde el momento mismo en que te sientas frente al computador para mirar y aplicar a ofertas.

Y aunque ya lleves un tiempo haciéndolo sin el resultado que esperas, no desfallezcas. Tu proceso de selección empieza en ese instante en que estás revisando y aplicando a ofertas, así que desde ese momento hazlo con fe, esperanza, confianza y certeza de que la mejor oferta y empresa están esperando por alguien como tú.  

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