Soñar es una capacidad que sólo le ha sido dada al hombre, pero en la práctica, ¿Cómo puedo realizar mis sueños?
Si te ha pasado como a mí, en varias ocasiones soñamos con algo, pero permitimos que ese sueño se desvanezca al ver que pasa el tiempo y no sucede.
Entiendo muy bien la sensación de tristeza, frustración, desencanto y desesperanza que esto ocasiona, pero mi invitación hoy es: ¡volvamos a soñar!
Venimos de un año poco fácil e iniciando uno con algo de incertidumbre, pero si dejamos de creer, de ver con esperanza el futuro y de soñar, ¡ahí sí que estamos perdidas!
Pero no se vale soñar por soñar, vamos a soñar para hacerlo realidad y para ello preparé este check que estoy segura, te ayudará:
1. Define con claridad el sueño que quieres realizar.
En ocasiones nos enfocamos demasiado en lo que NO queremos, es muy fácil definirlo, pero se nos dificulta definir lo que SI queremos.
El primer paso para hacer realidad tus sueños es tener claro aquello con lo que sueñas.
¿Qué es? ¿Un nuevo trabajo? En dónde, haciendo qué, con qué salario, en qué horario, en qué tipo de empresa, con qué ambiente laboral, etc.
Entre más detallado lo definas, cuanto mejor.
2. Define el plan de acción para realizar tus sueños.
¿Cuándo esperas que esto suceda? ¿Qué debería pasar entre hoy y ese día para que suceda? ¿Qué puedes hacer hoy mismo, la próxima semana, en tres meses, etc.?
Debes definir las acciones (tareas) específicas para sumadas todas, al final el resultado sea el esperado.
Volviendo al ejemplo del empleo, ¿Qué puedes hacer hoy mismo? Tal vez desempolvar y actualizar tu hoja de vida, revisar tendencias en cuanto a los formatos que se usan actualmente, contactar ese colega que trabajó en la empresa que quisieras y preguntarle cómo lo logró.
¿Y la próxima semana? Que tal actualizar tu hoja de vida en los portales de empleo y publicarla en los nuevos. Que tal contactar con las empresas que están en tu radar.
Y así, diseñar un plan de acción de las cosas que estén bajo tu control poder realizar.
Amo esta frase:
Haz todo lo que esté a tu alcance como si todo dependiera de ti, y confía en el resultado como si todo dependiera de Dios.
3. Auto contrólate.
Haz un seguimiento a lo cumplido y a lo pendiente semanal, quincenal o mensualmente como lo harías con tu agenda de trabajo.
No seas laxa contigo misma.
Evalúa ¿Lo que hice que impacto tuvo? ¿Es necesario repetirlo? Si no funcionó ¿Qué puedo hacer diferente?
Lo que no hice ¿Por qué no lo hice? ¿Ya no es necesario? ¿realmente no sé cómo hacerlo? ¿Necesito ayuda de alguien? ¿Necesito que alguien sea mi aliad@ para cumplir?
4. Auto gobiérnate.
Uno de los peores enemigos de nuestros sueños es nuestra falta de persistencia.
Aplicaste a 10 o más ofertas y no te han llamado y concluyes que “eso no es para ti” o que “no hay nada bueno en el mercado” o que “nadie va a llamar” y con ese argumento termina tu determinación.
Hay momentos en los que debemos aprender a soltar y entender que por más que nos esforcemos y hagamos todo a nuestro alcance, tal vez no es el momento.
Pero pregúntate: ¿Realmente ya lo intenté todo? ¿Me he esforzado lo suficiente? ¿Queda algo más que pueda hacer?
5. Para realizar tu sueños, depende.
Proverbios 16:3 nos dice:
Pon todo lo que hagas en manos del Señor, y tus planes tendrán éxito.”
Ser autosuficiente no es una buena estrategia.
Si puedes tener al mejor aliado, al mejor ayudador, al que tiene todos los recursos disponibles, ¿Por qué quieres hacerlo sola?
Invita a Dios a tus sueños, haz trabajo colaborativo con él, pregúntale cómo puedes hacerlo mejor, pídele sus estrategias, pídele contactos, recursos.
Pero sobre todo pídele dirección, sabiduría, la fortaleza y la disciplina que vas a necesitar en el camino rumbo a tus sueños.
Deseas que algo suceda no es suficiente para suceda. Debes colocar acción coherente y consistente con ello.
Pero, ¿acaso tu sueño no es lo suficientemente bueno como mantenerte firme hasta lograrlo?
¡Enamórate de tu sueño!